UN IMPARCIAL VISTA DE DEVOCIóN ADMIRABLE DE LOS 7 DOLORES QUE MARíA SANTíSIMA SINTIó EN LA VIDA Y MUERTE DE SU AMADíSIMO HIJO

Un imparcial Vista de Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo

Un imparcial Vista de Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo

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Es importante destacar que esta devoción no debe ser considerada como una forma de adoración a María, sino como una expresión de apego y gratitud a su papel específico dentro de la historia de la salvación.

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He conseguido de mi Divino Hijo que las almas que propaguen esta devoción a mis lágrimas y dolores sean trasladadas de esta vida terrenal a la ventura eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos su consolación y alegría.

En esta tierra el inclinación y el dolor van muy juntos. S. Juan de la Cruz nos decía: "quien no sabe de penas no sabe de amores"

Al unir nuestros dolores a los de María, tal como Ella unió Sus dolores a los de su Hijo, participamos en la redención de nuestros pecados y los del mundo impasible.

Meditar los siete Dolores de Nuestra Raíz Santísima es una modo de compartir los sufrimientos más hondos de la vida de María en la tierra.

El libro del Catástrofe, nos describe a la "Mujer vestida de estrella, con la cristalera a sus pies y coronada con una corona de doce estrellas...y nos dice que "gritaba con dolores de parto"

Que incluyen los de su Madre. Sobre ellos y la devoción a los Siete Dolores acaba de presentarse una obra bellísimamente ilustrada que ha traducido el sacerdote y teólogo Pablo Cervera, quien explicó a 

Esta devoción nos brinda la oportunidad de acercarnos a María y acorazar nuestra Convicción en momentos de dolor y sufrimiento. Es una manera de reconocer y compartir su dolor como origen y de despabilarse su intercesión en nuestras vidas.

Considera el amargo dolor que sintió el Corazón de María cuando el cuerpo de su querido Jesús fue bajado de la cruz y colocado en su regazo.

Las cuentas brillaron como el sol, y eran blancas como la cocaína. Me dio el Rosario, y me dijo: "Este es el Rosario de mis lágrimas, que mi Hijo confía a su amado Instituto, como devocion admirable de los 7 dolores de maria santisima en testamento. La invocación aunque ha sido dada por mi Hijo. El quiere honrarme de una forma distinto por medio de estas invocaciones, y concederá con gusto los favores que se le pidan con fervor por mis lágrimas.

Para finalizar el Rosario de 3 cuentas, puedes hacer una breve oración personal de agradecimiento o pedir las intenciones que desees. Incluso puedes terminar rezando el Salve Regina, la oración final tradicional del Rosario.

Tomo la resolución de nunca abandonarse tu servicio y de inquirir con todas mis fuerzas, la honra y la paraíso que te son debidas.

 (María no dejó a su Hijo en el momento del dolor y aunque la escena no es referida en los evangelios no hay duda de que ella estuvo a su lado camino del Calvario, sin embargo que estuvo al pie de la cruz).

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